Qué necesitas conocer y tener en cuenta para comprender el arte de la bailarina oriental.

23.02.2020
Foto del sitio Khan el Khalili, Brasil.
Foto del sitio Khan el Khalili, Brasil.

Por Neferú Iabet, bailarina de Danza Oriental y danzas árabes.


El público de países occidentales desconoce cómo disfrutar un show o presentación de Danza Oriental o de danzas árabes. Es deber de las bailarinas "educar" a su público para que puedan acceder a la danza y comprenderla.
Quienes no entienden el idioma árabe, o la música árabe, es muy posible que no comprendan el lenguaje corporal de la bailarina oriental o el estilo que utiliza para interpretar cierta pieza musical. Y hasta existe el peligro de malinterpretar un gesto o movimiento por falta de información sobre la cultura árabe.

¿Cómo se prepara y se lleva a cabo un show de Danza Oriental?

La música árabe es muy rica en estilos y la bailarina tiene que elegir muy bien la música que necesita para su espectáculo, tomando en cuenta el tipo de evento, el lugar donde se llevará a cabo el baile y por supuesto al público. No es lo mismo presentarse en una boda que en un restaurante, bailar para una familia que festeja un cumpleaños que para empresarios reunidos durante un almuerzo de negocios.

Si el público es joven y el ambiente más informal el vestuario podrá más vistoso o llamativo y la música más alegre, quizás cantada. Si el evento en cambio es más formal la música podrá ser clásica, y el vestuario más elegante. 

Si se va a presentar danzas árabes el vestuario tendrá que ser específico para esa danza, así como también la música y los movimientos. Si es "Baladi", danza egipcia tradicional, la bailarina ejecutará movimientos sin levantar mucho los pies del suelo, creando más movimientos con la cadera. En cambio, si se trata de interpretar música clásica la bailarina se trasladará elevándose sobre los talones, incorporando más movimientos de brazos y más giros a su danza.

La "rutina oriental" que ejecutará la bailarina durante un show normalmente comienza con una danza clásica donde se puede utilizar elementos como los velos, alas y abanicos. Esa pieza puede ser un "Mejancé" o un clásico de Omm Koulzum por ejemplo. Hoy en día es más sencillo acceder a música árabe de calidad y las bailarinas tienen un gran repertorio del cual elegir.

Normalmente la música clásica incorpora los "taksim", solos instrumentales que la bailarina deberá interpretar en forma espontánea, puede ser un taksim melódico de laúd, nay, qanun, o un solo percusivo menor. Acabada la primera entrada la bailarina puede elegir una danza folclórica árabe para variar los movimientos y el estilo musical. Es parte de la tradición cerrar el show interpretando el solo de percusión conocido como "tabla" (tambor).  

Diferentes momentos del espectáculo.

Si la bailarina cuenta con su propia banda los músicos pueden comenzar tocando la introducción de la música escogida. Este momento es comparable al instante en que se apagan las luces en la sala de cine para anunciar que la película está por comenzar. El público entonces se prepara para dar inicio al espectáculo, pero la bailarina está oculta tras bambalinas.

La introducción finaliza cuando se escucha el tambor y a continuación la orquesta toca la entrada para la bailarina. La entrada no está diseñada para bailar, se trata de una caminata, giros o traslados de la bailarina que saluda a su público, finalizada la entrada comienza el baile. Al culminar su danza la bailarina recibe los aplausos y saluda a su público; para abandonar el escenario la banda volverá a tocar la entrada. Si al comienzo la bailarina ejecutó los instrumentos melódicos creando una danza suave para realizar la entrada, al final utilizará la percusión para darle fuerza al baile creando una salida gloriosa de escena. La orquesta continuará tocando un tiempo más, aunque la bailarina ya haya abandonado el escenario.

La bailarina Esmeralda Colabone junto al derbakista Pedro Francolin.
La bailarina Esmeralda Colabone junto al derbakista Pedro Francolin.

Repertorio musical.

Una vez escogido el repertorio y armado el espectáculo, la bailarina tiene que crear la danza. Para eso tiene que tener conocimientos musicales, debe reconocer el repertorio de los instrumentos presentes en la obra elegida (en caso de que no cuente con una banda en vivo).

La bailarina tiene que saber qué instrumento toca cada frase musical. Se estudia la base rítmica y los ritmos que van conformando la música (la bailarina debe conocer los ritmos árabes más importantes, por eso en las academias es norma cursar ritmología árabe junto al derbakista). Un instrumento de ayuda en el proceso de identificar y memorizar ritmos árabes son los "saggat", unos platillitos de metal símil castañuelas que pueden llamarse crótalos, chinchines, zills, snujs entre otros nombres.  

Una vez localizados los instrumentos de percusión, se debe localizar los instrumentos de viento y de cuerdas. Al cabo de los años la bailarina puede diferenciar los sonidos de cada instrumento dentro de la orquesta árabe. Así ella puede localizar esos instrumentos y convertirlos en movimiento durante la danza. La ejecución del taksim va a utilizar diferentes movimientos según el instrumento que está tocando, no es lo mismo escuchar acordeón que qanun, flauta o laúd.

Bailarinas del Ballet Jaial Sharki del Espacio de la Diosa. Facultad de Humanidades.
Bailarinas del Ballet Jaial Sharki del Espacio de la Diosa. Facultad de Humanidades.

A continuación de la música surge la danza.

La bailarina tiene que tener formación musical para poder bailar. ¿Por qué es indispensable? Porque el movimiento va a surgir en función de las notas musicales. La bailarina tiene diferentes tipos de movimientos, pero los podemos catalogar en tres grupos: sinuosos, acentos y vibrados.

Dentro de los movimientos sinuosos están los llamados "redondos", son los movimientos que dibujan círculos e infinitos, que ondulan el cuerpo. Requieren relajación muscular y reproducen el sonido de los instrumentos de cuerdas y viento (incluida la voz humana). Violines, flautas, acordeón, saxo, son algunos de los instrumentos que la bailarina interpreta a través de movimientos sinuosos.
Los llamados acentos son movimientos musculares concretos. Para realizarlos la bailarina debe contraer la musculatura para luego relajarla y volver a realizar la contracción.

Popularmente estos movimientos se definen como "golpes", pues al público le parece que la bailarina "golpea" con la cadera cuando en realidad es una contracción muscular (lo que evita lesiones en el esqueleto o articulaciones). Los acentos van a responder a instrumentos de percusión como el derbake y otros tambores, riqq (pandereta), etc.
Los vibrados, como su nombre ya lo indica, son movimientos pequeños y rápidos de ciertos músculos. Dentro de la Danza Oriental a los vibrados se los conoce con el nombre de "shimmie".

Los vibrados varían en fuerza e intensidad según el instrumento que se va a interpretar. En el caso de los tambores el vibrado puede realizarse con más fuerza a través de movimientos acentuados de cadera o rodillas; pero si se quiere interpretar el sonido vibrante de las cuerdas del qanun, laúd o guitarra entre otros, se utiliza un movimiento más sutil que se obtiene del vibrado muscular de piernas y la cadera, el cual requiere más relajación que contracción.
Cuando se unen varios movimientos se obtienen "pasos" de danza. La Danza Oriental es rica en pasos que la bailarina debe ejecutar de forma que se corresponda a la música.

El público debe reconocer los diferentes instrumentos que conforman la música que está escuchando observando los movimientos y pasos de la bailarina. Cada sonido debe ser acompañado de su movimiento correspondiente y la bailarina debe estar sincronizada con la música. Ella es quien une todos los instrumentos de la orquesta en su cuerpo y los ejecuta a medida que escucha al músico tocar. Por lo tanto, la bailarina debe conocer la música que está bailando de principio a final, nota a nota y frase a frase. Sin el estudio de la pieza musical es imposible bailarla.  

Raqs Zujur o danza del cántaro. Bailarina Iabet en Espacio La Rusa.
Raqs Zujur o danza del cántaro. Bailarina Iabet en Espacio La Rusa.

La música árabe y su patrón de pregunta y respuesta.

La cultura árabe es amante de la poesía, como resultado el Sagrado Corán es recitado. La música es una parte importante de esta cultura tanto del pueblo llano como de las capas más altas de la sociedad.

La expresión musical está basada en el talento individual; el músico compone, interpreta e improvisa. Todo ello se dirige a conseguir el "tarab", un estado anímico de emoción y entusiasmo equivalente al éxtasis que crea el músico en su público.
Este patrón de individualidad dentro de la música árabe se expresa en la pregunta y la respuesta. Se trata de una sucesión de dos frases musicales diferentes, interpretadas por músicos diferentes; por ejemplo, la orquesta hace la pregunta y un músico solista da una respuesta a esa pregunta, el cantante hace la pregunta y el coro le responde, el acordeón toca una frase como pregunta y recibe contestación del derbake.

Para la bailarina este patrón musical le exige disociar el cuerpo. Mientras interpreta la pregunta con movimientos de la cadera, por ejemplo, el torso, brazos y resto del cuerpo los deja "en reposo", reservando el movimiento de esa zona para interpretar la respuesta.
La disociación muscular y corporal es una de las características de la Danza Oriental permitiéndole a la bailarina interpretar varios instrumentos a la vez con diferentes partes de su cuerpo.  

Bailarina Layla danzando clásico en un show en Montevideo.
Bailarina Layla danzando clásico en un show en Montevideo.

¿Qué función realiza el arte de la bailarina oriental?

La bailarina está, antes que nada, para presentar la música a su público, interpretarla de la forma más fiel posible, permitiéndole al público escuchar y disfrutar de la música tanto como del baile -puesto que son inseparables-.

¿Qué se debe hacer cuando se observa un espectáculo de Danza Oriental? Primero que nada, seguir la música a través de los movimientos de la bailarina. No se debe prestar más atención a la bailarina que a la música, caso contrario se pierde una parte del espectáculo. La música se aprecia con los ojos a través de las notas que la bailarina "toca" en su cuerpo, pero jamás se debe hacer la música a un lado.

Cuando la bailarina cuenta con banda, como público estamos ante un equipo de artistas que trabajan en conjunto y como tal debe ser apreciado. No debemos separar lo que va unido, el sentido de la vista debe acompañarse del sentido del oído, de esa forma podemos acceder a las emociones que la bailarina comparte en escena.

Si la bailarina se presenta con una canción y desconocemos el idioma, debemos observar los gestos que nos presenta. Las bailarinas ya estudiaron la letra de la canción y van a interpretarla de forma gestual y corporal. La danza siempre se acompaña de emoción pues la interpretación que hace la bailarina va más allá de complejos movimientos de vientre. Ella pondrá su cuerpo y corazón a servicio de la música, para crear una historia, contar su verdad, emocionarse y ofrendar. Si no hay pasión, amor, entrega... no hay danza, y sí un vacío que los movimientos no pueden llenar, y el público se queda con gusto a poco.

A no perder de vista que la bailarina oriental es una artista más allá de usar vestuario revelador, maquillaje y hacer movimientos que nuestra cultura occidental no está preparada para comprender (después de todo la bailarina habla el "idioma" corporal de una cultura diferente a la nuestra).

Danza Shama'adan. Bailarina Iabet en Miramis Salón de Té.
Danza Shama'adan. Bailarina Iabet en Miramis Salón de Té.

La formación de la bailarina oriental.

Cada bailarina no árabe es el resultado de la cultura de su propio país, que se mezcla con lo aprendido de la cultura árabe y sus tradiciones.

Además de visitar regularmente el gimnasio para adquirir resistencia física, entrenar los movimientos propios de su danza, crear sus coreografías y ensayarlas hasta imprimir cada movimiento en la musculatura, asistir a talleres, seminarios, convenciones y tomar clases particulares, la bailarina debe dedicarse a formarse como un referente de su arte y una educadora de su público.

El estudio forma parte de su formación porque la información que necesita manejar le es ajena. Cualquier bailarina debería saber dónde se encuentran los diferentes países árabes, saber repetir lo mejor posible la historia conocida de la Danza Oriental, así como también la biografía de algunas bailarinas renombradas.

Igualmente debe conocer el sonido de cada instrumento árabe y recolectar un poco de información de cada uno, al menos saber diferenciar entre el sonido de un qanun y el de un laúd.
Aparte de eso lucha para recordar en idioma árabe los nombres de cientos de piezas musicales, sus compositores e intérpretes (muchas terminan estudiando árabe para facilitar las cosas).

Conocer cada baile folclórico, con sus respectivos ritmos es un trabajo de investigación y recreación. Cada danza (Said, Khaleege, Dabke, Zaar, Baladi, Sombati, Hagalla, Kauliya.... y muchas más), debe ser fielmente recreada tanto en movimientos como en vestuario, utilizando la música correcta para no ofender a la cultura a la que esa danza corresponde.

La bailarina, además, debe aprender a manejar muchos elementos diferentes durante su danza.
Por ejemplo, el baile Said, del Alto Egipto, requiere el uso de un bastón para acompañar la danza. Por consiguiente, aprenderá a diseñar diferentes giros y figuras con el bastón al tiempo que ejecuta los "pasos del caballo" típicos de este baile. La danza egipcia Shama'adan requiere que la bailarina equilibre un candelabro de metal en la cabeza. Dicho candelabro puede tener de dos a varios pisos de altura y pesar un kilo o más. El "shama'adan" (o candelabro) se ajusta a la cabeza, pero no se puede inmovilizar, obligando a la bailarina a dejar en total quietud su cuello y cabeza y evitar así accidentes. Sucede lo mismo con el sable y el cántaro que forman parte de la danza egipcia y del norte de África, o la bandeja decorada con velas del folclore marroquí. 

Otras danzas utilizan telas y tejidos en su interpretación. Para la danza Khaleege oriunda de los países del Golfo Pérsico, la bailarina viste una túnica amplia ricamente decorada que ondea ante el público, y oculta su rostro detrás de una de las amplias mangas. Los poderosos giros de cabellera, así como sutiles gestos con las manos son parte del repertorio de movimientos de esta danza.

Meleia Laff es una danza egipcia en la que se viste el "meleia", un tipo de manto ancho negro muy usado en Egipto por las mujeres para cubrirse al salir a la calle.
A diferencia del original, el meleia de la bailarina está decorado con hileras de lentejuelas brillantes, y la danza es la parodia de un personaje creado por el famoso bailarín egipcio Mahmoud Reda.
La bailarina usa un vestido corto con volantes, un pañuelo en la cabeza con pompones de colores (mandil), y un "niqab" de crochet para cubrir la cara y dejar los ojos al descubierto.
Esta danza no sólo requiere movimientos rápidos con el meleia, que se gira y se usa para cubrir y descubrir el cuerpo, también la interpretación del personaje creado por Reda. Se utilizan canciones que hacen referencia a la ciudad de Alejandría, donde Reda ubicó a su personaje. No es suficiente con saber bailar, también hay que saber actuar, y en Egipto fue común que las bailarinas actuaran en cine y televisión.

Y como si no fuera suficiente, a esta compleja gama de danzas, música y elementos se le suma los velos, abanicos, alas, veil poi y muchos otros implementos creados en países occidentales que nada tiene que ver con la cultura árabe, pero se incorporan en un intento por atraer la atención de un público completamente ajeno a la Danza Oriental.

Debido a este esfuerzo por ganarse al público occidental las bailarinas acabaron fusionando su danza con otros estilos más familiares. En Argentina es común el Tango Oriental, mientras que las bailarinas norteamericanas crearon grandes puestas en escena a imagen de los musicales de Broadway, pero con esencia oriental.

La Danza Oriental de sabor completamente egipcio sólo se presenta ante un público entendido, mientras que la danza de la Era Dorada pasó a ser un estilo opcional bajo el nombre de Bellydance Vintage.
La Danza Oriental contemporánea está siendo fragmentada en estilos (clásico, ucraniano, egipcio, libanés, turco...), perdiendo su esencia original al caer en manos de bailarinas y sus representantes que anteponen el cachet al arte. Es decisión del público separar la paja del trigo, procurando profesionales que pongan en escena la Danza Oriental que permite disfrutar con todos los sentidos, sin crear espacio para la vulgaridad y el mal gusto. Si la bailarina lleva a cabo su trabajo con seriedad crea el ambiente de respeto en el que todos disfrutamos de la unión de la música y la danza.

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