Además de visitar
regularmente el gimnasio para adquirir resistencia física, entrenar
los movimientos propios de su danza, crear sus coreografías y
ensayarlas hasta imprimir cada movimiento en la musculatura, asistir
a talleres, seminarios, convenciones y tomar clases particulares, la
bailarina debe dedicarse a formarse como un referente de su arte y
una educadora de su público.
El estudio forma parte de
su formación porque la información que necesita manejar le es
ajena. Cualquier bailarina
debería saber dónde se encuentran los diferentes países árabes,
saber repetir lo mejor posible la historia conocida de la Danza
Oriental, así como también la biografía de algunas bailarinas
renombradas.
Igualmente debe conocer el
sonido de cada instrumento árabe y recolectar un poco de información
de cada uno, al menos saber diferenciar entre el sonido de un qanun y
el de un laúd.
Aparte de eso lucha para
recordar en idioma árabe los nombres de cientos de piezas musicales,
sus compositores e intérpretes (muchas terminan estudiando árabe
para facilitar las cosas).
Conocer cada baile
folclórico, con sus respectivos ritmos es un trabajo de
investigación y recreación. Cada danza (Said, Khaleege, Dabke,
Zaar, Baladi, Sombati, Hagalla, Kauliya.... y muchas más), debe ser
fielmente recreada tanto en movimientos como en vestuario, utilizando
la música correcta para no ofender a la cultura a la que esa danza
corresponde.
La bailarina, además,
debe aprender a manejar muchos elementos diferentes durante su danza.
Por ejemplo, el baile
Said, del Alto Egipto, requiere el uso de un bastón para acompañar
la danza. Por consiguiente, aprenderá a diseñar diferentes giros y
figuras con el bastón al tiempo que ejecuta los "pasos del
caballo" típicos de este baile. La danza egipcia Shama'adan
requiere que la bailarina equilibre un candelabro de metal en la
cabeza. Dicho candelabro puede tener de dos a varios pisos de altura
y pesar un kilo o más. El "shama'adan" (o candelabro) se ajusta
a la cabeza, pero no se puede inmovilizar, obligando a la bailarina a
dejar en total quietud su cuello y cabeza y evitar así accidentes.
Sucede lo mismo con el sable y el cántaro que forman parte de la
danza egipcia y del norte de África, o la bandeja decorada con velas
del folclore marroquí.
Otras danzas
utilizan telas y tejidos en su interpretación. Para la danza
Khaleege oriunda de los países del Golfo Pérsico, la bailarina
viste una túnica amplia ricamente decorada que ondea ante el
público, y oculta su rostro detrás de una de las amplias mangas.
Los poderosos giros de cabellera, así como sutiles gestos con las
manos son parte del repertorio de movimientos de esta danza.
Meleia Laff es
una danza egipcia en la que se viste el "meleia", un tipo de
manto ancho negro muy usado en Egipto por las mujeres para cubrirse
al salir a la calle.
A diferencia
del original, el meleia de la bailarina está decorado con hileras de
lentejuelas brillantes, y la danza es la parodia de un personaje
creado por el famoso bailarín egipcio Mahmoud Reda.
La bailarina usa un vestido corto con volantes, un pañuelo en la cabeza
con pompones de colores (mandil), y un "niqab" de crochet para
cubrir la cara y dejar los ojos al descubierto.
Esta danza no
sólo requiere movimientos rápidos con el meleia, que se gira y se
usa para cubrir y descubrir el cuerpo, también la interpretación
del personaje creado por Reda. Se utilizan canciones que hacen
referencia a la ciudad de Alejandría, donde Reda ubicó a su
personaje. No es suficiente con saber bailar, también hay que saber
actuar, y en Egipto fue común que las bailarinas actuaran en cine y
televisión.
Y como si no
fuera suficiente, a esta compleja gama de danzas, música y elementos
se le suma los velos, abanicos, alas, veil poi y muchos otros
implementos creados en países occidentales que nada tiene que ver
con la cultura árabe, pero se incorporan en un intento por atraer la
atención de un público completamente ajeno a la Danza Oriental.
Debido a este
esfuerzo por ganarse al público occidental las bailarinas acabaron
fusionando su danza con otros estilos más familiares. En Argentina
es común el Tango Oriental, mientras que las bailarinas
norteamericanas crearon grandes puestas en escena a imagen de los
musicales de Broadway, pero con esencia oriental.
La Danza Oriental de sabor
completamente egipcio sólo se presenta ante un público entendido,
mientras que la danza de la Era
Dorada pasó a ser un estilo opcional bajo el nombre de
Bellydance Vintage.
La Danza
Oriental contemporánea está siendo fragmentada en estilos (clásico,
ucraniano, egipcio, libanés, turco...), perdiendo su esencia
original al caer en manos de bailarinas y sus representantes que
anteponen el cachet al arte. Es decisión del público separar la
paja del trigo, procurando profesionales que pongan en escena la
Danza Oriental que permite disfrutar con todos los sentidos, sin
crear espacio para la vulgaridad y el mal gusto. Si la bailarina
lleva a cabo su trabajo con seriedad crea el ambiente de respeto en
el que todos disfrutamos de la unión de la música y la danza.