Qué es el Registro Akáshico y su uso en Filosofía Egipcia Ancestral.

Una de las herramientas que nos permite acceder a una dimensión superior de consciencia es el Registro Akáshico. El Registro se puede utilizar para varios fines, siendo el más común la Sanación Akáshica o Terapia Akáshica que permite al consultante recibir respuesta a todo lo que le afecta en su vida. El consultante escribe una lista con las preguntas que desea hacerle al Registro. El lector es el conector entre el consultante y el Registro, canalizando las respuestas que da el Registro y guiando la lectura para que el consultante obtenga la sanación que necesita.

Para lograr acceder al Registro Akáshico el lector debe pasar por una iniciación donde un Maestro del Registro Akáshico lo presenta ante los Guardianes del Registro y el Tribunal Akáshico pidiendo que lo inicien como tal. Únicamente recibiendo la iniciación una persona puede convertirse en lector del Registro. Y una vez iniciada comienza a canalizar la información a la que le es permitida acceder. Es tan sencillo como eso. No obstante el lector debe mantener su "canal" limpio, así como cierta armonía y estado de paz en su ser si quiere acceder al Registro Akáshico. Su consciencia debe pasar de la tercera dimensión a la cuarta para poder recibir la respuesta akáshica. El miedo, la duda y la agitación mental son enemigos del lector del Registro, mientras que la paz, confianza, generosidad y amor por el acto sagrado son sus aliados.

Existen tres "niveles" a los que puede acceder el lector de Registros. El primer nivel o grado es el contacto personal con el Registro. Un lector de primer nivel puede acceder únicamente a su Registro Akáshico personal beneficiándose de la sanación akáshica y la dispensación del karma que brinda cada lectura que logre realizar. Así se va familiarizando con la herramienta y profundizando en su limpieza interior. El lector puede analizar toda su vida a través del Registro, comprender cada situación vivida en su totalidad, sin juicios mentales ni necesidad de transitar por el dolor o el trauma.

Realizada la propia sanación, o en camino de lograr la libertad del ego mental negativo, el lector puede desear asistir a otros en el camino de sanación o descubre que ser sanador es un propósito en su vida. Entonces el lector asciende otro escalón y se inicia en el segundo nivel del Registro Akáshico siendo a partir de entonces un terapeuta akáshico o lector de segundo nivel.

Un lector de segundo nivel se dedica ya no sólo a si mismo, ahora es canal de información para otras personas. Todo el trabajo realizado con el primer nivel le preparó para comunicarse más fluidamente con el Registro y poder ser él mismo el canal para quienes lo consultan en busca de respuestas. Un lector de segundo nivel es un "ayudante" en el proceso de sanación y evolución de los demás.

Existe un tercer escalón que es la Maestría del Registro Akáshico. La buscan quienes desean iniciar a otros en el camino de la sanación a través del Registro. La maestría permite al lector realizar una lectura avanzada del Registro, porque su canal se ha fortalecido lo suficiente con todo el trabajo personal que el lector ha realizado en los dos grados anteriores.

La terapia akáshica y el desarrollo personal no es el único fin que se le puede dar al Registro Akáshico. Sus aplicaciones son infinitas y podemos, por ejemplo, tener acceso al pasado remoto, a lo que llamamos historia, y ver todo tal cual ha sucedido en realidad.

Como el Registro Akáshico contiene el testimonio de todo cuato ha sucedido toda la historia está grabada en el Registro. Sabemos que en nuestro mundo hasta los libros más sagrados han sido modificados por intereses humanos y muchas verdades se han velado a propósito para hacerlas inaccesibles o prohibidas.

Acceder al Registro Akáshico nos permite conocer la verdad y darnos cuenta de aquellas cosas que fueron cambiadas o modificadas por los seres humanos. No se trata de juzgar la manipulación de la verdad sino realmente poder ver los hechos desde una óptica más transparente.

La Filosofía Egipcia Ancestral utiliza la lectura del Registro Akáshico para acceder a la verdad oculta detrás de las miles de teorías científicas. Sabemos que la mente siempre manipula la información que recibe, alineando el conocimiento a su propio nivel de comprensión. Cuando alguien quiere contar lo que escuchó, vió o leyó por ahí, va a utilizar sus propias expresiones y dará una dimensión diferente a lo recibido, porque en su mente las ideas se modifican. Las creencias no son la verdad, son creencias, son mente humana. La verdad es vibración superior a la mente humana. El hecho de que el lector de Registros se conecte a la mente cósmica de la cuarta dimensión es lo que le permite acceder al Registro y, por consiguiente, recibir la verdad sin modificaciones.

No obstante si la mente accede al Registro es seguro que también lo modifique, porque la mente tiende a modificar, conectar, enjuiciar, creer, manipular, temer o hasta prohibir el conocimiento sin importar que procedencia.

Para impedir que la verdad absoluta pase al poder de la mente el lector no debe modificar ni una letra del mensaje. El lector, sin importar su nivel, debe entregar el mensaje tal cual lo recibió, sin emitir juicios personales. La lectura se le entrega al consultante para que éste la decodifique. No es tarea del lector interpretar la lectura que recibe a través de otra persona. Si la lectura es grupal se puede interpretar en conexión con el Registro, la interpretación debe fluir desde el Registro Akáshico y no desde la mente del lector.

Cada lectura, cada verdad extraída del Registro Akáshico debe responder únicamente a la sanación y desarrollo de quien lo consulta. Leer un Registro sólo por curiosidad no surge efecto, el Registro no responde a la curiosidad humana por más que los Guardianes del Registro comprenden la necesidad humana de caer en cuestionamientos inútiles.

Una lectura del Registro implica un cambio en el receptor, algo cambia en quien escucha el Registro debido a la comprensión y visión de la realidad tal cual es. Ese cambio dirige a la persona hacia su propio desarrollo y con el tiempo aprende a "escuchar" con otros sentidos, amplifica la intuición y repele la mentira. "Siente" cuando le mienten, conoce la diferencia entre la baja vibración de la mentira y la vibración superior de lo real y engañarlo se vuelve cada vez más complicado.

La Filosofía Egipcia Ancestral transmite la lectura akáshica a través de Sebayt. La antigua palabra "sebayt" se refería a la sabiduría real nacida de la conexión del corazón-ib y el Espíritu-ba.

En la antigüedad la sebayt no la canalizaba un lector del Registro Akáshico, la norma era "pedirla" a los ancestros o a la mente cósmica según si el pedido se realizaba en el portal del interior de un templo en la capilla doméstica. Los portales cósmicos permitía la conexión con otras dimensiones a quienes se habían preparado para realizar la conexión.

Dar la sebayt es mantener el Registro tal cual es. La sebayt no se memoriza, se lee tal cual está escrito para que la mente no modifique la verdad que es. Antiguamente se compartía con la comunidad para permitirle a todas esas personas desarrollarse al mismo tiempo. En las escuelas de escribas la sebayt se utilizaban para enseñar los varios tipos de escritura, se copiaba repetidas veces en diferentes materiales hasta adquirirla. Aún así se prefería la lectura de la sebayt antes que la repetición memorizada.

Hoy en día podemos traducir "sebayt" como "sabiduría de la fuente cósmica universal", y la podemos reconocer porque la escucha de una sebayt o una lectura akáshica dilata el chakra Anahata, haciéndola perceptible en el cuerpo físico como una sensación de calor en la parte alta del pecho (sobre el corazón).

La Filosofía Egipcia Ancestral nos permite acceder -a través de cada sebayt-, a la verdad "oculta" tras la simbología, los mitos, las tradiciones y el pensamiento de una de las civilizaciones más antiguas con más de tres mil años de antigüedad.

El Registro Akáshico permite además acceder a la realidad tal cual ocurrió, sin cambios ni censura de ningún tipo; creando un efecto sanador que ayuda a ver las diferentes circunstancias de la vida con otra óptica que puede ser más profunda o hasta más espiritual.

Por Neferú Iabet, facilitadora de Filosofía Egipcia Ancestral y Maestra de Registros Akáshicos.